Lyon, situado a orillas del Ródano y el Saona, siempre ha sido un centro de transporte entre el norte de Francia y el sur de Francia. La ciudad tiene sus orígenes que se remontan a Julio César, como colonia romana; De hecho, hay ruinas gallos-romanos por todas partes en la ciudad, especialmente en la colina de Fourvière, donde hay un museo donde se exponen objetos antiguos a propósito, sin embargo, no son los dos anfiteatros romanos que todavía se utilizan. Gracias a un próspero comercio de la seda, numerosas actividades bancarias y la presencia de numerosos impresión, Lyon siempre ha tenido uno esplendor económico que trajo como consecuencia, la construcción de muchos edificios de la época del Renacimiento la riqueza de la ciudad y el aumento población vertiginosa, mucho que presumir de, en la actualidad, alrededor de 420.000 habitantes. 500 hectáreas de Lyon se clasificaron en 1998 por la UNESCO Patrimonio Mundial de la UNESCO. Esta es el área más grande en el mundo en tener este privilegio. La ciudad es una organización miembro de la Ciudad Patrimonio Mundial